sábado, diciembre 05, 2020

TELEPATÍA

Telepatía es la facultad de proyectar nuestros pensamientos a distancia y que estos sean captados por otra persona. Realmente es una facultad de doble sentido: enviar y recibir. Existe un sistema físico que sostiene esta capacidad: La antena emisora de nuestros pensamientos estaría ubicada en la glándula pineal (epífisis) y la antena receptora (posiblemente) en la red nerviosa conocida como "plexo solar", a la altura del ombligo, la zona en la que los antiguos indostanes ubicaban el chacra "manipura".

A estas iniciales conclusiones llegamos, en primer lugar, mediante la investigación a través de técnicas de meditación o de introspección. Sistemas que, correctamente aplicados, nos permiten conocer más a fondo la realidad de los fenómenos aunque desde un punto de vista científico no ortodoxo.

La glándula pineal (o epífisis) cumple un papel significativo en la "transmisión del pensamiento". De hecho parece ser algo así como la antena emisora del pensamiento. Posiblemente la mayor integridad de esta glándula es la que determina que en nuestra vida gocemos de cierto carisma.

Piénsese en lo siguiente: una cosa es hablar bonito y otra es conseguir atraer la atención de los que nos escuchan. Esto último no depende tanto del mensaje o de las palabras que le den forma. Todos sabemos de personas muy cultas con muy poco carisma y personas con escaso vocabulario pero capaces de promover un alto grado de atención y aceptación.

El misterio no está en nuestra capacidad de expresión, sino en que nuestro mensaje se proyecte envuelto en unas ondas cerebrales poderosas. Esto es lo que distingue a los buenos de los malos vendedores, a los buenos oradores de los malos, etc....

A su vez, la integridad o la involución de esta glandulita depende directamente de la actividad de nuestras glándulas sexuales. Siempre que la glándula se mantiene perfectamente funcional a una edad avanzada coincide con el mantenimiento de una buena actividad de las glándulas endocrinas sexuales. Lo que también influye, dicho sea de paso, en la calidad de la voz.

Todos nuestros pensamientos se traducen en formas químicas (neurotransmisores) y ondas energéticas (las ondas cerebrales, perfectamente identificables). Sin embargo, para aceptar que estas ondas energéticas puedan transportarse a través del espacio tendremos que aceptar la posibilidad de una transmisión fuera del ámbito tridimensional al que estamos acostumbrados. Tal vez tuviera mucho que decir el notable físico Ruperth Sheeldrake y sus campos morfogenéticos. Y aún nos quedaría otro factor por descifrar: el que una persona pueda captar dichas ondas y traducirlas a pensamientos inteligibles (imágenes, ideas, etc...).

Pensemos que esto de la telepatía no es tan extraño a nuestra cultura. De hecho, una buena parte de nuestra vida nos la pasamos intentando esas transmisiones telepáticas.

Cualquier persona religiosa no hace más que intentar una transmisión telepática cuando reza. En la cultura cristiano-católica se acude a un templo y el creyente se concentra en una imagen. Luego da rienda suelta a sus pensamientos (casi siempre peticiones o algo por el estilo) con la esperanza de que el personaje (santo, ángel o lo que sea) "escuche" esos pensamientos. Un creyente de mediana cultura no puede suponer que la estatua sea el personaje. Sin embargo tal práctica se basa en uno de los más efectivos sistemas de transmisión telepática. De hecho, aquí se encierra una clave realmente importante.

TRANSMITE TU MENSAJE TELEPATICAMENTE

Cuando queremos transmitir un mensaje a otra persona el procedimiento es el siguiente:

Relájate (la persona que desea transmitir), cierra los ojos e imagínate a la persona destinataria con el máximo detalle, como si estuviera justamente delante de ti. Con el pensamiento dirígete a ella tal como si realmente le estuvieras hablando directamente, como si verdaderamente estuviera aquí presente contigo.

Si la concentración y la imaginación son intensas el destinatario recibe siempre el mensaje. Otra cosa es que lo reciba conscientemente. Pero aun cuando ésta recepción sea totalmente inconsciente, el mensaje llega e, inevitablemente la persona tiene algún pensamiento sobre nosotros (si nos conoce) o sobre el tema del mensaje.

¿Cuantas veces te ha venido el pensamiento de algún conocido que no veías hace tiempo y al poco te lo has encontrado, recibido carta suya o una llamada de teléfono?

PARA TRIUNFAR EN LA VIDA

Para tener más oportunidades en entrevistas de trabajo o de otro tema, y/o si deseas modificar la predisposición hacia ti mismo de alguna persona:

Relájate y concéntrate en ella tal como te explicado anteriormente. Explícale entonces a esa persona las ventajas que tendría el que te escogiera a ti para el trabajo, o explícale tus verdaderas buenas intenciones, o lo que mejor te parezca.

Una hora de buena concentración e imaginación son suficientes para variar radicalmente la dirección de los acontecimientos.

No utilices nunca este sistema para intentar obligar a nadie, ni asustar ni coaccionar. Pues finalmente el perjudicado acabarías siendo tú mismo. Sólo debe ser usado para razonar o explicar, sin perturbar la libertad de elección de ninguna persona.

O sea, que si Manolita no quiere saber nada de mí porque está enamorada de Pepito (y yo no soy Pepito) francamente lo mejor que puedo hacer es respetar el libre albedrío ajeno. No es un consejo gratuito: al final los verdaderamente perjudicados seremos nosotros.

Un profesor realmente quiere perjudicarte? Te tiene "manía" (y no es sólo una excusa para justificar tu ineptitud)… ¿Alguien tiene el deseo obsesivo de hundirte en la miseria?

EL “ARMA SECRETA” 

Bien relajado imagina un retrato tuyo (o sea, a ti mismo) pero un retrato amoroso, lleno de buena voluntad, de amor hacia todos tus semejantes. Debes imaginar ese retrato tuyo lleno de amor y comprensión hacia ese supuesto enemigo. Y no se trata sólo de un amor fingido... si quieres usar esta arma estratégica debes llegar a sentir amor y compasión hacia esa persona que desea tu mal.

Luego imagina a ese "enemigo" e introduce ese retrato tuyo en su corazón. Cuéntale que no deseas su mal, sino que comprendes lo que sufre y que no es tu intención perjudicarlo. Incluso dale un abrazo y deséale lo mejor.

¿Comprendes lo que quiero decir?

No pasará mucho tiempo antes de que esa persona pierda su negativo interés hacia ti. Entonces olvídala. No vuelvas a citarla siquiera, ni para bien ni para mal. Dejad que viva su vida y tú vive la tuya. Si vives criticando a otras personas acabarás perjudicándote a ti mismo.

También puedes realizar un bonito entrenamiento entre amigos, de la siguiente manera:

Queda a una hora determinada con una persona amiga. Uno se encargará de enviar un mensaje y otro de recibirlo. Empezad usando imágenes muy simples pero muy claras: un cuadrado, un triángulo, una línea ondulada, un círculo, una línea recta horizontal o vertical, una cruz, una espiral. Elegid una sola imagen.

Cuando sea la hora elegida y durante al menos media hora (las primeras veces… luego es todo más sencillo y serás más rápido) imaginad a vuestro amigo como si estuviera delante de vosotros e imaginad el símbolo elegido.

Dibújalo mentalmente, explícaselo al otro, redibújalo, imagina que lo pintas en un papel y se lo enseñas e incluso explícale acerca de cosas que tienen esa forma. En fin, todo lo que se te ocurra. A esa misma hora, vuestro amigo tratará de captar la idea o la figura.

Para captar una idea o imagen transmitida hace falta estar relajados, tranquilos... imaginar a vuestro amigo transmisor delante de vosotros y, sin desear nada, tranquilamente esperar a que os venga alguna idea o imagen... o que la figura imaginada del emisor os desvele su pensamiento. Si no viene nada no os alteréis, en otra ocasión será.

Lo que realmente resulta imprescindible es aprender a no proyectar uno mismo, simplemente estar tranquilamente receptivos y aceptar lo primero que venga, con la seguridad de que nosotros no hemos tenido la intención de inventar "algo".

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