Muchísimas gracias por leerme y seguir este camino mágico-esotérico a mi lado.
SusanaSieteLunas.
Copyright © 2024 7Llunes - Susanna SetLlunes
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Hoy quiero hablaros de algo que nos afecta al hacernos varias terapias, por no decir todas, y que no tiene por qué ser negativo ya que nos ayuda a reconocer qué cambios necesitamos para mejorar nuestra vida, salud, situaciones futuras, etc.
Cuando hay un problema de salud y nos practican terapias espirituales o energéticas (como Reiki) o incluso en otras más físicas (como podría ser un masaje por ejemplo…) no podremos solucionar el problema con solo esperar que el terapeuta y su sesión nos quiten todo lo que nos afectaba, ya que antes de llegar a tener ese problema de salud hemos ido acumulando negatividades de distintos tipos o incluso postergando lo que debíamos hacer entre otras situaciones que se han ido cargando en nuestro cuerpo (el astral, el energético, en el físico, el emocional, en nuestros chakras, etc…) hasta llegar a somatizar el problema. Así pues, sino solucionamos lo que nos está indicando nuestro cuerpo que no funciona como debería, por muchas sesiones y buena intención que ponga el terapeuta, no lograrás conseguir una mejoría total y seguramente volverás a recaer en los mismos dolores y sensaciones negativas.
Por tanto, ya sabes que el primer paso será escuchar a tu cuerpo, interpretar lo que te está queriendo decir con ese dolor o malestar y luego hacer cambios en tu forma de hacer o pensar para que tus diferentes cuerpos (los mencionados anteriormente) se sintonicen y todo vuelva a funcionar correctamente y tu salud mejore ahora sí, al cien por cien.
A partir de ahí, sí que podrás notar que las terapias o sesiones que te apliquen, dan sus mejores resultados. Pero igualmente podrás pasar más leve o menos, por la crisis curativa o también llamada crisis de curación.
¿Quieres saber de qué se trata? Pues sigue leyendo teniendo en cuenta que, aunque en las siguientes líneas te hable de Reiki o alguna otra terapia en concreto, solo será a modo de ejemplo, y puedes, o mejor dicho: debes, tomar esos ejemplos para aplicarlos en cualquier otra terapia sanatoria: espiritual, emocional, física, etc…
Ya he comentado en otros artículos anteriores muchísimo sobre el Reiki, donde se canaliza y transmite energía a través de la imposición de manos (incluso se puede hacer a distancia) para obtener paz y equilibrio en todos los niveles del cuerpo: emocional, físico, psíquico, mental y espiritual, armonizando todos los chakras del cuerpo de manera natural para su curación, restableciendo la armonía espiritual y energética totalmente. Bien, pues tanto la persona que da esa sesión/tratamiento de Reiki como la persona (o ser vivo: animal, planta…) que lo recibe, nota unas diferentes sensaciones (distintas en cada una o incluso que coinciden en los dos: terapeuta y receptor). Cómo comenté antes, esto pasa en diferentes terapias, pero déjame que te siga contando con el ejemplo del Reiki.
Estas sensaciones pueden ser desde calor o de frío, picores u hormigueos, a algunas veces dolores (como cuando nos hacemos un masaje) y punzadas en los órganos que no funcionan correctamente. Estas sensaciones nos garantizan que la energía está fluyendo y haciendo su trabajo. Algunas personas experimentan sensaciones más explícitas como viajes a su interior, visualizaciones de colores, de lugares, de personas, de situaciones concretas, de otras vidas que han vivido, etc… que lo llevan a un viaje interior que suele ayudar a descubrir qué está pasando en su cuerpo y qué debe cambiar (de su forma de hacer, pensar, actuar, etc…) para mejorar su malestar o incluso hacer que desaparezca una enfermedad crónica entre otros.
Y para llegar a ese estado de buena salud, felicidad, fuerzas, energía y ganas de vivir máximas… habrá que limpiar toda la negatividad acumulada, por tanto, posiblemente se pasará por una crisis curativa o de sanación. Este proceso llamado también crisis de curación no es más que un pequeño empeoramiento temporal de los síntomas que te llevaron a esa terapia buscando soluciones y de situaciones pasadas: mal curadas, olvidadas y acumuladas.
No te tomes la crisis curativa como algo malo, intenta pensar y convencerte de que es buena señal estarla “sufriendo” pues te indica que tu cuerpo está asimilando la energía recibida y trabajando para eliminar todas las toxinas acumuladas. Tampoco dejes la terapia porqué te quedarías a medias y no habría servido de nada, te recomiendo que sigas hasta tu recuperación pues habrá valido la pena y habrás podido expulsar todo lo negativo de “tus cuerpos”. Y si además has reconocido lo que estaba haciéndote mal y aplicas tus propios cambios a mejorar, seguro que no necesitarás más terapias en un futuro (por lo menos para esta dolencia que has curado).
Así pues, los días que siguen a tu sesión terapéutica, podrías tener sensaciones diferentes como: náuseas, irritabilidad, sensibilidad excesiva, sentirte enfadado o cansado… (con Reiki por ejemplo, no suele pasar porqué equilibramos chakras y dejamos el cuerpo renovado, pero sino aplicas cambios en tu vida, luego vuelves a necesitar más sesiones… pero en otras terapias pueden incluso ser más graves los efectos que notes, pero como te dije antes, no te sofoques y piensa que todo es señal de que “vas por buen camino y con viento en popa a toda vela” y en breve estarás renovado y con las baterías a tope.
Resumiendo, a la crisis de sanación la debemos tomar como un proceso que se activa en todas “las capas” de nuestro ser y mediante el cual nuestro cuerpo físico libera todo lo que nos sobra de nuestro cuerpo mental, emocional, etc., liberando emociones o sacando a flote los patrones de pensamiento que nos son dañinos y que debemos cambiar si queremos mejorar.
Algunos de los síntomas (y los más comunes)
mentales-emocionales son la ira, la tristeza, el odio, el miedo, la ansiedad…
Algunos de los síntomas físicos podrían ser el
aumento de la temperatura corporal o fiebre, aumento de la sudoración o de las
micciones (además de cambios en el olor o color), erupciones cutáneas, síntomas
de resfriado o gripe; migrañas, cefaleas y/o dolores de cabeza; vómitos, lesiones
o enfermedades “antiguas o crónicas” que parecían curadas y vuelven a afectar…
Y también siempre hay quien no manifiesta ningún tipo de crisis o que no se da cuenta de sufrirla, pero no por ello la terapia estará siendo menos efectiva. O quien necesita varias o muchas sesiones de tratamiento terapéutico para tener una de estas crisis o ser consciente de estarla sufriendo.
Cada persona es un mundo y cada terapia otro a conocer como nos afecta.
Mi recomendación siempre es, seguir con el tratamiento o terapia elegida, pues si la elegimos es por algún motivo (todo lo que hacemos tiene su significado aunque en ese momento no sepamos exactamente cual) hasta que la sanación sea total, pero si en algún momento no te sientes acorde y a gusto con el terapeuta o la terapia usada, siempre estás a tiempo de dar un paso atrás y elegir algo que vaya más acorde con tu problema y tus sensaciones y emociones, pues todo ello también ayudará a tu mejoría rápida y completa.
En Reiki (siguiendo con mi ejemplo, y sobre lo que
yo “entiendo/domino”) cuanto más tiempo dura el tratamiento (o más veces
seguidas se hace la sesión: me refiero a no esperar a que nos duela mucho para
volver a tratarnos, sino que no espaciar tanto las sesiones y mejor
hacerlas algo más seguidas…), más y mejores serán sus efectos hasta la sanación
total.
Me explico mejor: en una sesión se actuará sobre problemas puntuales y funcionará genialmente, pero si planificamos por ejemplo una sesión quincenal o mensual se dirigirá muchísima más energía directamente hacia la causa de las dolencias y equilibrará al paciente y a su globalidad de “cuerpos”.
Es imposible dar plazos tanto de la curación total, como de las crisis sanadoras, ya que cada persona es diferente a otra en su reacción, en malos hábitos, costumbres, pensamientos, formas de actuar, incluso las enfermedades antiguas o crónicas que pueden arrastrarse en el tiempo, etc. De todas formas, lo más normal y habitual suele ser que la crisis curativa no dure más de dos o tres días, y si por lo que fuese ésta fuera muy “grave” siempre se puede ayudar con sesiones para apoyar la limpieza que se está generando física, psíquica, emocional y espiritualmente.
Para más información sabes que puedes escribirme e intentaré ayudarte en lo que esté en mi mano. Gracias por leerme hasta aquí y recuerda que si dejas un comentario aquí abajo en la ventanita para tal efecto… entrarás a formar parte del próximo sorteo mágico esotérico. Muchísimas gracias de antemano.
Susana SieteLunas.
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Para entrar en el tema quizás pueda interesarte
leer también este artículo anterior https://susanasietelunas.blogspot.com/2020/11/karma-y-registros-akashicos.html
Un lazo kármico o cordón energético es la conexión que creamos con personas, lugares, animales de compañía, hábitos o situaciones… y lo hacemos mediante nuestros pensamientos, promesas, pactos, tratos o decretos realizados incluso a veces sin darnos cuenta.
Ese lazo o cordón, te une a esas personas o lugares, atándote a ellos y dejando que absorban tu energía cómo también te privan de libertad emocional, psicológica e incluso física. Se suele describir como un cordón invisible, una cinta que te sigue uniendo a esas personas, lugares o situaciones y te hace sufrirlas como el primer día, o creándote miedo o dependencia…
Este tipo de lazo o unión se puede crear en momentos de conexiones amorosas, en palabras de promesas futuras, cuando hacemos un trato o pacto e incluso en juramentos de esta vida presente o de otras anteriores. Por tanto te recomiendo que tengas muy en cuenta lo que dices en cada momento, pues un “YO NUNCA…” o un “YO SIEMPRE…” puede crear uno de estos lazos aunque en esos momentos lo hagas con la mejor de tus intenciones y con o hacia la persona que más quieres (por ejemplo: diciendo “TE QUERRÉ SIEMPRE” porqué en esos momentos lo sientes así, pero no sabes si con el tiempo esa persona pasará a ser tu gran enemigo y ese pacto o cordón ya estará creado… ¿comprendes?) Por tanto ahora que lo sabes, ten mucho cuidado con lo que deseas, lo que piensas y lo que dices pues las palabras tienen más poder del que les damos realmente y hay que saber utilizarlas con buenas intenciones y no creando ataduras o problemas que se activarán a través, y a pesar, del tiempo y el espacio.
Hay diferentes tipos de cordones kármicos o energéticos (como prefieras llamarles) y a continuación pasaré a detallarte los más comunes para que puedas detectar e identificar si tienes alguno que pueda estarte estancando en un lugar o situación, privarte de libertad, evitarte tu mejor y más positivo enfoque del funcionamiento en general de tu vida, que no puedas avanzar en relaciones sentimentales o profesionalmente, etc. Pero no dudes en pedirme más información si lo necesitas o no sabes si lo que te ocurre puede estar relacionado a este tema.
Cordón kármico con una pareja o relación sentimental/emocional.
En este caso en particular sentirás un apego casi obsesivo a esa persona en particular, que sientas que cuando estás lejos de esa persona estás deseando verle y saber qué hace o dónde está y cómo le van las cosas, probablemente quieras olvidarte y apartar tu mente de él o ella y todos tus pensamientos van solo en esa dirección creando en ti un estado de dependencia emocional incluso psicológica hacia esa persona. Incluso podrías sentirte sobreprotegido por esa persona o tu ser el sobreprotector a un nivel muy poco sano: siempre pendiente de su bienestar por encima del tuyo.
Puede ocurrir que todo gire alrededor de una misma persona, sin que importen las otras relaciones sentimentales o sociales que se tienen, o que aún pasarlo mal con esa persona siempre volvemos a su lado, o que nuestra mente nos lleve siempre a esa persona y nos cuesta apartar los pensamientos de rabia, miedo, frustración, odio, resentimiento… hacia esa persona o lo que ocurrió en el pasado que no podemos olvidar.
Estos lazos son convenientes de eliminar para poder avanzar en nuestra vida sentimental y emocional, especialmente en casos en los que no se encuentra pareja porque sigue habiendo ataduras con la anterior o en las que no conseguimos sentirnos comprendidos y correspondidos por otras personas con las que tenemos un apego o relación familiar o de amistad, incluso compañeros de trabajo con los que por más y mejor actuamos nunca conseguimos alcanzar sus expectativas.
Lazo energético con un lugar específico.
Este lazo podría ser con una zona especial al aire libre, o con una casa o piso en concreto, por un pueblo o incluso un país en particular. Notarás que tienes ese lazo kármico o cordón energético porqué será un lugar donde te sientes apegado, donde incluso sintiéndote triste allí no eres capaz de abandonar para empezar en otro nuevo lugar. Quizás intentar irte de allí, pero los planes para conseguirlo siempre se van al traste y no puedes lograrlo. O puede que sea un lugar al que tienes un especial apego porqué viviste una experiencia especial (buena o mala). O un lugar al que tienes la terrible obligación de visitar a menudo, aunque nunca te apetezca y sientas que no estás bien allí. Quizás en otra vida juraste que no abandonarías nunca y siempre cuidarías ese lugar.
¿Cómo romper con el lazo kármico o cordón energético?
Existen diferentes formas como la de utilizar decretos o frases poderosas de desconexión. La visualización también suele lograr resultados fabulosos con la técnica del rayo de luz que corta el cordón y nos protege como un escudo. Un cuarzo puede servirnos de espada etérica o tijeras energéticas… Pero lo que con el tiempo he comprobado que funciona mejor es la meditación y especialmente el empeño y la confianza en creer en lo que estás haciendo pues con esa convicción será con la que lograrás romper ese vínculo que no te deja ser tú mismo.
Y para ello te he preparado una meditación guiada paso a paso que hago en directo de vez en cuando o que puedo mandarte en archivo de audio para que la escuches y hagas cuando y donde tu quieras.
Cuando la hagas ¿me contarás cómo te ha ido y luego los cambios que has experimentado a mejor en tu vida?
Ya sabes que para cualquier duda me tienes a tu disposición.
Muchas gracias por leer hasta aquí y recuerda que si dejas tu comentario en la ventanita de aquí debajo de este artículo, pasarás a formar parte del próximo sorteo de consultas y otros servicios de SusanaSieteLunas.
Hasta el siguiente artículo.
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