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lunes, abril 25, 2022

CRISIS CURATIVA O DE SANACIÓN

 Hoy quiero hablaros de algo que nos afecta al hacernos varias terapias, por no decir todas, y que no tiene por qué ser negativo ya que nos ayuda a reconocer qué cambios necesitamos para mejorar nuestra vida, salud, situaciones futuras, etc.

Cuando hay un problema de salud y nos practican terapias espirituales o energéticas (como Reiki) o incluso en otras más físicas (como podría ser un masaje por ejemplo…) no podremos solucionar el problema con solo esperar que el terapeuta y su sesión nos quiten todo lo que nos afectaba, ya que antes de llegar a tener ese problema de salud hemos ido acumulando negatividades de distintos tipos o incluso postergando lo que debíamos hacer entre otras situaciones que se han ido cargando en nuestro cuerpo (el astral, el energético, en el físico, el emocional, en nuestros chakras, etc…) hasta llegar a somatizar el problema. Así pues, sino solucionamos lo que nos está indicando nuestro cuerpo que no funciona como debería, por muchas sesiones y buena intención que ponga el terapeuta, no lograrás conseguir una mejoría total y seguramente volverás a recaer en los mismos dolores y sensaciones negativas.

Por tanto, ya sabes que el primer paso será escuchar a tu cuerpo, interpretar lo que te está queriendo decir con ese dolor o malestar y luego hacer cambios en tu forma de hacer o pensar para que tus diferentes cuerpos (los mencionados anteriormente) se sintonicen y todo vuelva a funcionar correctamente y tu salud mejore ahora sí, al cien por cien.

A partir de ahí, sí que podrás notar que las terapias o sesiones que te apliquen, dan sus mejores resultados. Pero igualmente podrás pasar más leve o menos, por la crisis curativa o también llamada crisis de curación.

¿Quieres saber de qué se trata? Pues sigue leyendo teniendo en cuenta que, aunque en las siguientes líneas te hable de Reiki o alguna otra terapia en concreto, solo será a modo de ejemplo, y puedes, o mejor dicho: debes, tomar esos ejemplos para aplicarlos en cualquier otra terapia sanatoria: espiritual, emocional, física, etc…

Ya he comentado en otros artículos anteriores muchísimo sobre el Reiki, donde se canaliza y transmite energía a través de la imposición de manos (incluso se puede hacer a distancia) para obtener paz y equilibrio en todos los niveles del cuerpo: emocional, físico, psíquico, mental y espiritual, armonizando todos los chakras del cuerpo de manera natural para su curación, restableciendo la armonía espiritual y energética totalmente. Bien, pues tanto la persona que da esa sesión/tratamiento de Reiki como la persona (o ser vivo: animal, planta…) que lo recibe, nota unas diferentes sensaciones (distintas en cada una o incluso que coinciden en los dos: terapeuta y receptor). Cómo comenté antes, esto pasa en diferentes terapias, pero déjame que te siga contando con el ejemplo del Reiki.

Estas sensaciones pueden ser desde calor o de frío, picores u hormigueos, a algunas veces dolores (como cuando nos hacemos un masaje) y punzadas en los órganos que no funcionan correctamente. Estas sensaciones nos garantizan que la energía está fluyendo y haciendo su trabajo. Algunas personas experimentan sensaciones más explícitas como viajes a su interior, visualizaciones de colores, de lugares, de personas, de situaciones concretas, de otras vidas que han vivido, etc… que lo llevan a un viaje interior que suele ayudar a descubrir qué está pasando en su cuerpo y qué debe cambiar (de su forma de hacer, pensar, actuar, etc…) para mejorar su malestar o incluso hacer que desaparezca una enfermedad crónica entre otros.

            Y para llegar a ese estado de buena salud, felicidad, fuerzas, energía y ganas de vivir máximas… habrá que limpiar toda la negatividad acumulada, por tanto, posiblemente se pasará por una crisis curativa o de sanación. Este proceso llamado también crisis de curación no es más que un pequeño empeoramiento temporal de los síntomas que te llevaron a esa terapia buscando soluciones y de situaciones pasadas: mal curadas, olvidadas y acumuladas.

No te tomes la crisis curativa como algo malo, intenta pensar y convencerte de que es buena señal estarla “sufriendo” pues te indica que tu cuerpo está asimilando la energía recibida y trabajando para eliminar todas las toxinas acumuladas. Tampoco dejes la terapia porqué te quedarías a medias y no habría servido de nada, te recomiendo que sigas hasta tu recuperación pues habrá valido la pena y habrás podido expulsar todo lo negativo de “tus cuerpos”. Y si además has reconocido lo que estaba haciéndote mal y aplicas tus propios cambios a mejorar, seguro que no necesitarás más terapias en un futuro (por lo menos para esta dolencia que has curado).

            Así pues, los días que siguen a tu sesión terapéutica, podrías tener sensaciones diferentes como: náuseas, irritabilidad, sensibilidad excesiva, sentirte enfadado o cansado… (con Reiki por ejemplo, no suele pasar porqué equilibramos chakras y dejamos el cuerpo renovado, pero sino aplicas cambios en tu vida, luego vuelves a necesitar más sesiones… pero en otras terapias pueden incluso ser más graves los efectos que notes, pero como te dije antes, no te sofoques y piensa que todo es señal de que “vas por buen camino y con viento en popa a toda vela” y en breve estarás renovado y con las baterías a tope.

Resumiendo, a la crisis de sanación la debemos tomar como un proceso que se activa en todas “las capas” de nuestro ser y mediante el cual nuestro cuerpo físico libera todo lo que nos sobra de nuestro cuerpo mental, emocional, etc., liberando emociones o sacando a flote los patrones de pensamiento que nos son dañinos y que debemos cambiar si queremos mejorar.

Algunos de los síntomas (y los más comunes) mentales-emocionales son la ira, la tristeza, el odio, el miedo, la ansiedad…

Algunos de los síntomas físicos podrían ser el aumento de la temperatura corporal o fiebre, aumento de la sudoración o de las micciones (además de cambios en el olor o color), erupciones cutáneas, síntomas de resfriado o gripe; migrañas, cefaleas y/o dolores de cabeza; vómitos, lesiones o enfermedades “antiguas o crónicas” que parecían curadas y vuelven a afectar…

Y también siempre hay quien no manifiesta ningún tipo de crisis o que no se da cuenta de sufrirla, pero no por ello la terapia estará siendo menos efectiva. O quien necesita varias o muchas sesiones de tratamiento terapéutico para tener una de estas crisis o ser consciente de estarla sufriendo.

Cada persona es un mundo y cada terapia otro a conocer como nos afecta.

            Mi recomendación siempre es, seguir con el tratamiento o terapia elegida, pues si la elegimos es por algún motivo (todo lo que hacemos tiene su significado aunque en ese momento no sepamos exactamente cual) hasta que la sanación sea total, pero si en algún momento no te sientes acorde y a gusto con el terapeuta o la terapia usada, siempre estás a tiempo de dar un paso atrás y elegir algo que vaya más acorde con tu problema y tus sensaciones y emociones, pues todo ello también ayudará a tu mejoría rápida y completa.

En Reiki (siguiendo con mi ejemplo, y sobre lo que yo “entiendo/domino”) cuanto más tiempo dura el tratamiento (o más veces seguidas se hace la sesión: me refiero a no esperar a que nos duela mucho para volver a tratarnos, sino que no espaciar tanto las sesiones y mejor hacerlas algo más seguidas…), más y mejores serán sus efectos hasta la sanación total.

Me explico mejor: en una sesión se actuará sobre problemas puntuales y funcionará genialmente, pero si planificamos por ejemplo una sesión quincenal o mensual se dirigirá muchísima más energía directamente hacia la causa de las dolencias y equilibrará al paciente y a su globalidad de “cuerpos”.

Es imposible dar plazos tanto de la curación total, como de las crisis sanadoras, ya que cada persona es diferente a otra en su reacción, en malos hábitos, costumbres, pensamientos, formas de actuar, incluso las enfermedades antiguas o crónicas que pueden arrastrarse en el tiempo, etc. De todas formas, lo más normal y habitual suele ser que la crisis curativa no dure más de dos o tres días, y si por lo que fuese ésta fuera muy “grave” siempre se puede ayudar con sesiones para apoyar la limpieza que se está generando física, psíquica, emocional y espiritualmente.

            Para más información sabes que puedes escribirme e intentaré ayudarte en lo que esté en mi mano. Gracias por leerme hasta aquí y recuerda que si dejas un comentario aquí abajo en la ventanita para tal efecto… entrarás a formar parte del próximo sorteo mágico esotérico. Muchísimas gracias de antemano.

Susana SieteLunas.

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Instagram SusanaSieteLunas

 

 

 

martes, mayo 26, 2020

MEDITACIÓN


¿Qué es la Meditación?

La meditación es un método tremendamente eficaz para conseguir la relajación y mejorar la concentración.
Es un método eficaz contra el estrés y también sirve para aliviar el dolor de enfermedades, entre muchas otras cosas, como conocernos a nosotros mismos desde el interior de nuestra propia mente y pensamientos.
Está especialmente indicado para las personas que les cuesta "desconectar"
En EEUU se puede acceder a cursos o practicar sesiones de meditación en los colegios, los hospitales, en instituciones oficiales y más... La cifra de practicantes rondaba los 10 millones en los años anteriores y en el presente empieza a tomar fuerte presencia en Europa.

Al finalizar de leer este artículo encontrarás un REGALO:
enlace directo a una MEDITACIÓN GUIADA  por  SUSANA SIETE LUNAS.

¿Cómo funciona la meditación?

Cuando estas despierto no puedes plasmar de la misma manera que como imaginabas dormido o sea, cuando sueñas...
Esto es porque tu cerebro empieza a razonar y no deja fluir la información de manera natural, te atrofias en el que será mejor, si estará bien escrito, si se entiende, si no parece bueno... y cosas por el estilo.
La meditación da efectos biológicos al cuerpo. Del estudio de ella se desprende que produce cambios en el cerebro asociados a emociones más positivas y mejoras en la función inmune (defensas físicas o psíquicas).
Los estudios neuronales han demostrado un incremento de actividad en el lóbulo frontal izquierdo, al practicarla, que es la residencia de las emociones positivas. Al mismo tiempo se reduce el funcionamiento de la región derecha. Todo ello se vuelve súper eficaz para nuestra vida diaria pues los neurocientíficos han observado que las personas que emplean más la zona izquierda tardan menos tiempo en eliminar las emociones negativas y la tensión que pueden provocar situaciones cotidianas. Este desequilibrio entre los hemisferios conlleva también una reducción del miedo y la cólera.

¿Qué es una meditación guiada?

Consiste en usar el poder de la mente para visualizar una situación, con la ayuda del "guía" que conduce a los participantes por un determinado recorrido mental. En definitiva, te ayuda a llegar paso a paso a hacer una meditación por el camino correcto, encontrando respuestas a tus preguntas o problemas diarios.
Otra ventaja de éste tipo de meditación es que el trabajo mental activa nuestro lado energético. En otras palabras, lo que creamos con la mente se convierte a un nivel más profundo en un trabajo energético, consiguiendo así un resultado más profundo y efectivo.
Puedes meditar si sólo deseas reducir tu estrés o relajarte después de un duro día de trabajo, Experimentarás un bonito "paseo virtual". Pero si tu meta es ahondar en tu "ser interior" y explorar tus caminos energéticos y/o espirituales, te aportará mucho en ese sentido.
Lo importante, por encima de todo, es pasarlo bien así que... ¡a disfrutar!

Para empezar a practicar lo que puedes hacer es lo siguiente:

Durante la noche, o bien en alguna hora del día que asignes, que estés tranquilo y después de una buena relajación, coges un lápiz y un papel, te olvidas de todo lo que hay fuera de la habitación donde te hallas, desconectas el teléfono por este rato y no haces caso del timbre. Así que sería un rato que sepas que no va a molestarte nadie y a ser posible que estés solo...
En ese momento no debe existir nada más que el motivo que vas a realizar, toma el lápiz y comienza a escribir cualquier cosa que te venga a la mente: olvídate de si tiene coherencia, de la forma correcta de escribir... sólo deja que fluyan las ideas y después de que hayas terminado léelo nuevamente. Te sorprenderás de lo que está escrito.
Hay muchas personas que hacen esto: músicos, pintores, escultores... reciben inspiración aunque no saben cómo ni de dónde proviene. A ti te puede servir para sentirte bien contigo mismo, escucharte... para estar en un plano mucho más relajado y atento a la hora de estudiar... o incluso para darte cuenta de pequeñas soluciones que están ahí, y no sabías ver...
Escúchate a ti mismo y hazte caso, ese es mi primer consejo para hacer tu vida lo más mágicamente feliz posible, como suelo decir...

Bases para la meditación.

En el Yoga, la meditación es un ejercicio superior que nos lleva -por el camino del dominio de la mente- a la percepción de lo trascendente. Sin embargo, aunque parezca una tarea psicológica, sin una buena condición física, para relajarnos en la postura idonea, no estaremos preparados para entrar a fondo y sin perturbaciones en la experiencia meditativa.
El Yoga fue definido por Patanjali como el aquietamiento de los remolinos de la conciencia ("yoga chitta vritti nirodha"), entonces el individuo puede ver en el fondo de sus propias aguas o Ser.

En cualquiera de las técnicas de meditación que empleemos, siempre hay unos principios comunes:

Primero, la POSTURA correcta. Espalda derecha, piernas cruzadas (si es posible) con las rodillas tocando el suelo. Vientre relajado y levemente sobresalido. Manos juntas en el regazo, con los pulgares en contacto, o reposando cada una sobre una pierna. Hombros suavemente hacia atrás, con el pecho abierto, codos despegados del cuerpo. Mentón metido y cabeza equilibrada, sin caer adelante o atrás. Ojos entreabiertos, con la mirada en reposo hacia el suelo, sin fijarse. Labios sin apretar, lengua hacia el paladar, relajadamente.

Al sentarnos, vamos repasando estos puntos, y tratando de ejecutarlos sin tensión. Si algo no podemos hacerlo, encontramos una variante, con ayuda del profesor.
A continuación, tomamos conciencia general de la postura adoptada y relajamos los puntos clave: boca, mandíbula, manos, hombros, nuca y abdomen. Entonces entramos en el segundo punto: la RESPIRACIÓN.
Esta debe ser natural, sin forzarse, ni dirigirse o manipularse. En el primer lapso de tiempo, en cuanto nos sentamos, nos tranquilizaremos y centraremos, siguiendo el flujo del aire que entra y sale de nuestro cuerpo. Así cortamos con las distracciones más fuertes que traemos desde nuestras actividades anteriores y nos calmamos confortablemente.

Ahora la mente y el cuerpo están a punto para canalizar sus energías dentro de un sendero de meditación, sea la observación del aquí y ahora sin apegos o alteraciones, o sea una técnica de concentración determinada. En cualquier caso, es muy aconsejable introducir un tercer punto de preparación. Este es a nivel propiamente mental: generar una INTENCIÓN consciente con respecto a la práctica que estamos iniciando.
Se trata de emitir unos pensamientos que resuman nuestra toma de conciencia de lo que estamos comenzando a realizar. Esto se llama determinar nuestra "motivación" para practicar, y los pensamientos que formulemos, influirán en la calidad de nuestra experiencia de meditación. Cuánto más elevada sea nuestra motivación, más rápidos y beneficiosos serán los efectos de nuestra práctica.

Una vez generada esta actitud interior consciente ante la PRÁCTICA, nos introducimos en ella, tal como corresponda a la técnica que hayamos elegido. En cualquier caso, mantendremos una condición de presencia despierta, de atención y naturalidad, sin tensiones.
Siempre hay que ir encontrando el equilibrio entre la agitación y dispersión, por un lado, y la lasitud y la somnolencia, por otro. Si nos fijamos en exceso en nuestro objeto de concentración, vamos a crearnos crispación. Si somos demasiado flojos en las riendas de nuestra atención, nos perderemos en sueños y fantasías. De vez en cuando, durante la sesión, nos observaremos, y trataremos de situarnos en un punto medio, de atención consciente, sin rigidez ni abandono, a partir de nuestro método elegido de meditación.
El sentido del humor y la espaciosidad de espíritu, la tolerancia, siempre son esenciales. Cuando perdemos nuestro rumbo, no hay que consumir energías en auto-reproches ni en pensamientos comentario, sino volver sencillamente a retomarlo.

Al ir terminando, es aconsejable, de nuevo, generar un pensamiento consciente, con el objeto de recoger nuestras energías y comprensiones (quizás sean sólo semillas imperceptibles ahora) y darles una finalidad. Es decir, nos detendremos a tomar conciencia de los efectos de la práctica, y decidiremos su utilidad última. En la enseñanza de Dharma se dice que practicando hemos generado un potencial de bonanzas, unos méritos, en el campo energético de nuestro ser, y entonces depende de nuestro pensamiento el dirigir esta fuerza a un resultado u otro, dedicando a él nuestros merecimientos.

Esta DEDICACION positiva consciente, protege el caudal de efectos de nuestra práctica, y hace que no se diluyan, sino que se mantengan y aumenten en el continuo de nuestra mente y memoria. Si, además, esta dedicación tiene presentes a otros seres, con el deseo de compartir con ellos nuestros beneficios, estaremos abonando nuestro campo de energía espiritual, en el que recogeremos la más genuina e incondicional felicidad.

Efectos generales de la meditación.

Los efectos generales son:

En el plano físico: refuerzo del sistema inmunológico, armonización y sincronización de todas las funciones orgánicas, homeostasis cuerpo-mente, sedación neurológica, estabilización de la tensión arterial correcta, incremento de la vitalidad, agilidad, flexibilidad y perfección postural cotidiana, defensa del corazón, capacidad de descanso, longevidad, peristaltismo intestinal y eliminación perfecta.

En el plano emocional: equilibrio y serenidad, presencia de ánimo, coraje, tolerancia y paz interior, autoconfianza, satisfacción, paciencia y sencillez, estabilidad, buen humor.

En el plano mental: capacidad de atención y concentración, memoria, claridad de pensamiento, lucidez, energía psíquica, mejora en la comunicación, incremento de la inteligencia, capacidad de programación mental.

En el plano espiritual: conciencia de unidad, corazón, nobleza, habilidad para la acción compasiva, espaciosidad, amplitud de criterio, intuición, percepción directa, poder de resolución y realización, creatividad, trascendencia de límites personales, libertad interior.

Gracias por leer hasta aquí y por dejar tu comentario si practicas la meditación y te ha servido esta información, o si has hecho alguna de las meditaciones SetLlunes presencialmente, online o directamente en su programa de radio, o por pedir el tema del que te interesa que tratemos en próximos artículos de este Blog. 

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SUSANA SIETE LUNAS
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