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El péndulo fue utilizado hace tiempo como instrumento radiestésico para encontrar agua, flujos energéticos y tesoros escondidos. Pero en el siglo XX tuvo otros usos más sofisticados como captar formas de vibraciones sutiles. Thomas Lethbridge, un radiestesista de mucho éxito, empezó a experimentar con un péndulo descubriendo que reaccionaba de forma distinta según la sustancia.
El péndulo no resulta útil al radiestesista a menos que esté sujeto con una cuerda corta y no haya viento en el lugar. Lethbridge descubrió que diferencias en las longitudes de la cuerda, hilo de algodón o cadenita ligada a su péndulo, eran un factor importante a la hora de captar vibraciones de distintos tipos de sustancias. De ello dedujo que cuando la longitud de la cuerda era de 60 centímetros, el péndulo captaba energías masculinas. Cuando su mujer lo sostenía a 75 centímetros, el péndulo captaba energías femeninas. También halló otras correspondencias, como captar a 55 centímetros la plata o el plomo.
Con el tiempo, Lethbridge descubrió que el uso del péndulo no debía confinarse a identificar la naturaleza de un objeto o del flujo energético enterrado en el subsuelo; también podía utilizarse para buscar las respuestas a las preguntas sobre determinados temas, como la salud o la adivinación del futuro. El uso del péndulo para adivinar no era un concepto nuevo, pero Lethbridge, gracias a sus experimentos, fue quien amplió el abanico de lo que el péndulo era capaz de hacer.
Si quieres empezar a practicar, en la mayoría de
tiendas denominadas esotéricas o de nueva era encontrarás péndulos, desde
pequeños pesos metálicos a piedras semipreciosas o a cristales facetados
artificiales. Deja que sea él quien te elija a ti.
Cuando lo dejes moverse libremente en el extremo
de la cuerda, debe tener una forma que sea ancha en la parte superior y afilada
en el extremo inferior. Hay diversas teorías sobre de qué material debe estar
hecha la cuerda para ofrecer la lectura más acertada. Algunos creen que la cuerda
de fibras naturales es la más eficaz y otros prefieren utilizar pelo de cola de
caballo… esto también queda a tu elección.
Para experimentar con el péndulo, sujeta la cuerda
en tu mano derecha, o izquierda si eres zurdo, y estabiliza el codo dejándolo
apoyado en una superficie estable, como por ejemplo una mesa.
Acostúmbrate a sentir el peso del péndulo y a
observar si se mueve ligeramente, ya sea hacia delante o hacia atrás con un
movimiento circular.
Si no se mueve en absoluto, dale un empujoncito y
observa los dibujos de sus movimientos.
Cuando estés dispuesto, pregúntale algo al
péndulo, algo cuya respuesta sepas que es “sí”. Por ejemplo: ¿me llamo...? (tu nombre real).
El péndulo se moverá de una manera determinada, en
el sentido de las agujas del reloj o al contrario.
Repite la prueba con una pregunta cuya respuesta
sea “no”.
Practica con el péndulo hasta tener claro cuándo te
da indicaciones consistentes afirmativas o negativas.
Sostén el péndulo sobre un mapa, plano o un dibujo
y pídele que te señale algo que por ejemplo, hayas perdido…
¡Experimenta con el péndulo y averigua si puedes
encontrar algún tesoro!
Gracias por leer hasta aquí y por dejar tu comentario o por pedirme temas para próximos artículos...
SUSANA SIETE LUNAS