El mes de febrero es “el mes del amor” y cada año
me queda más que confirmado con el tipo de consultas (de tarot) que recibo día
a día durante esas 28/29 jornadas.
La mayoría de ellas llegan de personas con dudas e
incertidumbres con qué va a ocurrir con su relación de pareja o preguntando qué
deben hacer para no repetir patrones de las relaciones anteriores con la pareja
actual, aunque también hay quiénes preguntan si van a tener pronto a su lado a
la media naranja que les haga felices.
Y en esta ocasión quiero basarme no sólo a lo que les
dice el tarot, o los patrones que se suelen repetir, sino que también me guiaré
por mi intuición y por mi propia experiencia (pues justo en este mes conocí a
mi pareja y ya llevamos casi 40 años juntos).
No todo ha sido siempre de color rosa, cariñitos y
arrumacos… la verdad es que nos lo hemos tenido que trabajar mucho, pero puedo
decir que los dos nos hemos esforzado y que cada día me doy más cuenta de que
todos los errores y problemas han valido la pena para llegar hasta aquí, hasta
donde estamos ahora, donde los dos (lo hemos hablado mucho y por ello también puedo
hablar de su parte) sentimos que cada día es más fuerte el amor que nos une y más
fácil y más cariñosa y amorosa nuestra relación.
No voy a
aburrirte con todo lo que hemos vivido durante estos años, que es mucho, pero
si puedo decirte que hemos pasado por todas las fases y etapas posibles, y
seguro que aún nos quedan algunas más por aprender y superar, pero la que más
nos ha hecho aprender y mejorar, además de unirnos más que nunca, es que no
hace mucho hemos pasado (los dos juntos) por mi “muerte” en quirófano: dos
veces con parada cardíaca y respiratoria en la intervención donde me
sustituyeron parte de la cadera y el fémur de la pierna izquierda pues un
condrosarcoma se estaba comiendo el hueso (cáncer de hueso) y todo aquello nos
hizo recapacitar a cada uno por su cuenta y luego juntos, que realmente no
sabemos cuánto tiempo tenemos para disfrutar de lo que tenemos y compartimos, y
que no valen la pena las discusiones por tonterías y en cambio sí que lo vale el
caminar juntos hacia unas metas comunes, y si puede ser de buen humor, con
ilusión y juntos, mucho mejor.
Por todo ello (y mucho más) me siento capacitada (y
casi obligada) a darte unos pequeños consejos que, seguro que podrás aplicar en
tu vida, en tu relación, o en la próxima que aparezca cuando cupido vuelva a
lanzarte su flecha de amor.
Al principio todo es bonito y cómo se suele decir,
es cuando el amor es ciego. Le estás conociendo, te muestras alegre, simpático/a,
atento/a, te cuesta muy poco (podríamos decir que “nada”) hacer lo que ves que a
la otra persona le agrada, aunque en otra ocasión estando soltero/a o con tus
amigos o familiares fuese un sacrificio o no te gustara hacerlo, ni siquiera te
planteaste a pensar que pudieras seguir ese camino, hobbie, etc. y lo evitabas
a toda costa. Pero ahora por él o ella, hasta empieza a ser diferente.
En esta fase tampoco ves sus defectos o incluso te
hacen gracia… y muchas veces evitas decir lo que piensas por lo que pueda
pensar, por lo que pueda sentir (no vaya a apartarse de ti) pero es ahí donde
comenzamos a cometer errores (con nuestra mejor intención hacia el otro).
Luego, más tarde, ya os conocéis mejor, empiezas a
ser tu mismo/a, desaparece el amor ciego y empezáis a ver defectillos, a tener
pequeñas discusiones porqué como es normal no pensáis igual, ni habéis tenido
las mismas experiencias vitales en vuestros pasados y cada uno ha crecido en
una educación y en una forma de ser y hacer diferentes.
Ahí es cuando muchas veces para no alargar el
enfado uno de los dos afloja y da su brazo a torcer para que el otro esté
contento y no se enfade o no se aparte, etc.… Pues es justo ahí cuando nos
empezamos a equivocar.
Claro que está muy bien que intentes tener a tu
pareja contenta, pero no deberías olvidar en ningún momento que al primero que
tienes que hacer feliz es a ti mismo, porqué sino con el tiempo todo empieza a
acumularse y te amargarás y no sabrás como has llegado hasta allí, o lo que es
peor: cómo cambiar las cosas, o en último caso: romper la relación.
El amor y las relaciones son un tema muy amplio, como
lo que estoy intentando explicarte en estas líneas, y si ya cada persona somos
todo un mundo amplio psicológicamente, físicamente, emocionalmente, etc. no
quieras ni imaginar cuantos mundos distintos son cada pareja (los dos juntos) y
cada uno lo hace como mejor sabe en el momento, con la mejor intención, o a
veces incluso egoístamente porque realmente siente que el otro está siendo egoísta
también… pero mi humilde opinión, y como dije antes basándome en mi propia
experiencia, es que debemos prestarnos atención a nosotros mismos y querernos
también a nosotros mismos en primer lugar, para que luego lo que haya entre los
dos pueda encontrar una solución o un camino conjunto más favorable.
Y antes de llegar a ese punto donde le mandarías a
paseo para siempre, creo que lo mejor es la comunicación, pero para ello
(repito) primero debes saber qué sientes y qué quieres tú, para ponerlo luego a
debatir encima de la mesa y llegar a un acuerdo, con peticiones por ambos lados
tanto de las cosas buenas que faltan en la pareja como de las cosas malas que
queréis evitar, y pensar mucho… ¡mucho! y hablarlo más todavía, encontrando el
balance y equilibrio en el que estáis los dos dispuestos a hacer cambios, decidiendo
hacia donde vais a ir y cómo lo vais a hacer.
No será fácil y seguro que en más de una ocasión volveréis
a caer en los mismos (o parecidos) errores, pero nunca es tarde para volver a
intentarlo y seguro que la próxima vez saldrá mucho mejor porqué ya tenéis una
experiencia (más) vivida y ojalá: aprendida.
Quiero insistir y dejar constancia de que no soy
psicóloga y que hablo (mejor dicho, escribo) según mi propia experiencia y las diferentes
situaciones que voy viendo en las consultas de tarot de mis clientes/as. Y que
intento explicarme lo mejor posible para que puedas reconocer lo que te está
pasando con tu pareja, o cuando repites patrones con las distintas parejas que
has tenido a lo largo de tu vida, o incluso para aquellos que acabáis de ser
tocados por la flecha de cupido… y para que puedas ver, reconocer qué pasa y
luego cambiar el chip para que no se repita lo que tanto te hizo, hace o hará sufrir.
Pues el amor es muy bonito, pero también puede ser lo que más nos derrota y más
infelices nos hace cuando no “funciona” cómo creemos que debería de hacer.
Tengo muchísimo que decir, contarte y aconsejarte,
pero para no enrollarme como una persiana (que siento que ya lo estoy haciendo…)
y porque tampoco sé qué estás pasando tú, ni qué experiencias has vivido, ni
cómo piensas, sientes o vives… y menos todavía el carácter de tu pareja, ni sus
experiencias anteriores o sus aprendizajes vitales… sólo puedo decirte que
después de la primera fase en la que estamos cegados de amor, toca empezar a
poner directrices y coger las riendas del amor para que éste no se desvíe o haga
sufrir.
¿Cómo?
Ante todo, con mucha comunicación, explicando al
otro como nos sentimos, porque nuestras emociones son así y cómo hemos llegado
ahí: qué nos pasa, porqué (tanto si sabes lo que te pasa, cómo si no) pero si
empiezas por decir lo que te falta, sobra o hechas de menos de la relación
seguro que el otro te escucha y se abre también a contarte qué siente, piensa o
nota, que te lo notaba (o no) pero no sabía cómo actuar o arreglarlo.
Ese es el primer paso, y si es alguien a quién le
cuesta abrirse o expresarse, seguro que encuentras la forma de sonsacarle o
hacerle recapacitar a través de algún juego (o haciéndole creer que estáis
jugando a deciros cómo os sentís, qué os falta o qué os sobra de la relación) y
luego solo faltará decidir entre los dos qué pasos debe hacer cada uno para que
el otro vuelva a sentirse como al principio (si es que es posible) o a sentirse
respaldado y ayudado a mejorar personalmente y darlo todo por la otra persona.
Te prometo que vale la pena, aunque no siempre es fácil.
Claro que siempre podéis buscar amigos o incluso
terapeutas que os ayuden en el camino, como mediadores para que os descubran lo
que no veis por vosotros mismos, pero ante todo y, sobre todo, debéis escucharos
y poner mucho de vuestra parte.
Seguro que si empiezas tu (aunque el otro parezca
que no se involucra) consigues contagiarle de tu buen amor, de tu cariño, de tu
atención… y empieza a mostrarte lo mejor de sí mismo. Pero… si después de todo
tu esfuerzo, de toda tu involucración, de tus peticiones, de tu sinceramiento, no
ves que tu media naranja mueva un dedo, o cada vez exige más y da menos,
entonces deberás recapacitar en si realmente vale la pena seguir o si es mejor
dar media vuelta y empezar de cero tu solo, esperando que el amor te vuelva a sonreír
más adelante.
Y es ahí donde quería llegar, porque muchas
personas se esfuerzan y dan todo de sí mismas y son tan buenas personas que al
final acaban siendo “tontas” y se dejan tomar el pelo sabiendo que no
conseguirán nada mejor del otro… dan miles de oportunidades y la otra parte de
la pareja solo es egoísta y va a la suya, engañando, mintiendo, siendo infiel, maltratando,
aunque sea psicológica o emocionalmente…aprovechándose de la bondad o inocencia
del otro. Y ahí es cuando debes recapacitar y reconocer y darte tu propio
valor, pues si no te lo das tu ¿quién te lo va a dar?
Para ello, y como dije al principio, lo primero
eres tú. Tenlo muy en cuenta. Y una vez tengas claro y sepas por donde quieres
caminar y por dónde no, lo que vas a permitir y lo que no, lo que te falta o lo
que te sobra, luego y después de que tú mismo/a lo tengas bien clarito, podrás
conseguir que la otra persona te preste la atención que mereces, coja las
riendas (las mismas que tu) y camine hacia la misma meta, cogiéndote de la mano
y logrando superar cualquier obstáculo que se os ponga por delante.
Así que empieza pensando e incluso escribiendo
(pues está más que comprobado científicamente que lo que escribimos nos ayuda
mucho más a recapacitar) cómo te sientes, qué quieres, hacia donde vas, cómo
quieres que te acompañe el otro, qué necesitas de él, qué puedes ofrecerle,
cómo puedes ayudarle, acompañarle o incluso empujarle si hace falta… Y cómo
puede hacerlo él o ella contigo y para ti.
Luego encuentra un momento tranquilo para hablarlo
y poner nuevas metas en vuestra relación. Te aseguro que funciona, sólo tienes
que recapacitar y explicárselo para que sepa qué te pasa y cómo puede
participar en mejorarlo. Y estate atento/a porque seguro que también tiene
algún reproche o petición a hacerte y tu también tendrás que poner de tu parte
para cambiarlo y así conseguir una relación positiva y amorosa al cien por
cien.
Para empezar, coge una libreta y fantasea en ¿cómo
te gustaría que fuese vuestra relación? O ¿qué has aprendido de tus fallos o
del otro, o de las anteriores relaciones? para tenerlo en cuenta en las
próximas y no volver a cometer los mismos errores.
Escribe también lo que has dado, lo que has dejado
de hacer, lo que serías capaz de hacer a partir de ahora, lo que te gustaría
recibir de parte del otro, lo que ya no hacéis e lo que te gustaría hacer antes
de morir…
Seguro que se te van ocurriendo más temas en los
que encontrarás no sólo lo que deseas, te falta, te sobra… sino también lo que
puedes conseguir para ser realmente feliz.
Apasiónate en tus deseos, escribe todo lo que se
te ocurra y vuelve a leerlo, y luego encuentra soluciones ¿cómo lo harías
mejor? ¿cómo podría hacerlo mejor tu media naranja? Ahí es donde tendrás todas
las respuestas y el camino a seguir a partir de ahora.
La vida es una aventura y tu eres el principal
protagonista. Sé feliz y todo irá mejor, las energías mejoraran y contagiarás a
tu media naranja, o atraerás a quién realmente va a formar parte de esa
felicidad.
Aprovecha cada instante pues no sabemos cuándo, ni
como terminará, esta gran aventura. Y si necesitas ayuda, sabes que me tienes a
tu disposición y también a mis mazos de tarots y otras mancias mágicas y
esotéricas para conseguirlo.
Los cambios dan miedo, pero te aseguro que valen
la pena. Y cómo siempre me decía alguien muy apreciado: todo tiene solución
menos la muerte.
Di “SI” a todo aquello que te hace bien y te hace
sentir feliz.
Di “tus deseos y
peticiones” al otro porque no es adivino ni te lee la mente.
Escucha y actúa ante las
peticiones del otro… y el camino cada vez será más fácil.
Pero también aprende a
renunciar a todo aquello que no crees que se alinee a tus creencias personales
de ser feliz.
No tengas miedo a quedar mal o a convertirte en
una persona malvadamente egoísta.
Di “NO” si es necesario para tu propio bien.
Puedes leer libros, puedes leer artículos como éste,
puedes ver vídeos o seguir a muchos gurús que hablaban de vivir sin miedo, de
aumentar la confianza, de quererse a uno mismo, etc. pero ante todo debes saber
qué te hace feliz y qué necesitas para poder guiar a tu pareja y que pueda
participar en lograrlo juntos.
Haz las cosas desde el amor y no desde el miedo.
Deja de identificarte con tu parte miedosa y egoísta,
y dejarás de vivir en el miedo a perderle o a que no te quiera.
Conecta con tu propósito y fluirás sin esfuerzo
hacia tu mejor vida, hacia vuestra mejor relación y vida juntos.
No pierdas un tiempo precioso. No pierdas años de
tu vida esperando que el otro cambie sin hacer nada para cambiar tu también
para conseguirlo.
Empieza hoy mismo. Seguro que encuentras un montón
de cosas que puedes hacer para que el día a día sea mejor y para que vuestro
amor crezca, renaciendo de nuevo en su mejor oportunidad.
Corrige tus emociones y pensamientos. Visualiza lo
que quieres conseguir y luego empieza a hacer cositas concretas que quizás el
primer día te cuesten porqué tienes la costumbre de hacerlas de otro modo, pero
que a la larga te llevarán al mejor puerto “del amor”.
Espero que mis palabras te ayuden a recapacitar y
encontrar tu propia solución. Sé que puede parecer fácil y bonito, pero si te
sientes desesperado/a, perdido/a o estás pasando por una mala racha ¿qué puedes
perder? Y sobre todo: ¡¿qué puedes ganar?!
Y ante todo recuerda que es muy importante que no
se puede (ni se debe) vivir con miedo. La inteligencia emocional te ayudará a
ser feliz, primero tú y luego con las otras personas pues es la habilidad de
reconocer y manejar las propias emociones y comprender e influir en las
emociones de los otros.
La inteligencia emocional te dará autocontrol,
autoconciencia, motivación, empatía y habilidades sociales que impactarán en tu
éxito y en el bienestar propio y de pareja.
Pero ¿cómo puedes mejorar la relación?
Tómate un tiempo, el que creas que es necesario para
identificar y escribir tus emociones, lo que te falta de tu pareja, lo que te
sobra, hacia dónde vas y qué esperas de tu relación (existente o futura).
Date tiempo para comprender tus propias emociones
y porqué piensas así o actúas de tal modo en diferentes situaciones. Escribe cómo
reaccionas ante las diferentes situaciones que vives (solo y luego, con tu
pareja) y reflexiona sobre tus pensamientos y sentimientos.
Luego piensa y escribe cómo puedes controlar tus
emociones y las reacciones, cómo puedes gestionar el estrés, cómo puedes
ampliar la paciencia y/o la capacidad de pensar antes de actuar.
Aprende a ponerte en el lugar del otro y cómo
puedes comprender sus emociones.
Escúchale y muestra interés por lo que le preocupa
(o simplemente por lo que te dice) y practica la empatía para fortalecer vuestra
relación.
Mejora tus habilidades para comunicarte y
relacionarte con él o ella.
Practica asertividad, la resolución de conflictos
y la colaboración para construir una relación sólida y satisfactoria para los
dos bandos.
Encuentra tu motivación interna para alcanzar tus
metas (y luego, las conjuntas de los dos) y superar los obstáculos.
Estableced metas realistas y tratos para cambiar
las cosas (cómo lo vais a hacer y también cómo os pararéis los pies si veis que
el otro se equivoca o sale del camino marcado). Quizás una palabra clave o un
gesto, que ayude a tu media naranja a ver que no te gusta lo que está haciendo
o diciendo, o que no está cumpliendo su parte del trato que hicisteis.
Mantén una actitud positiva y busca formas de
mantener el entusiasmo y la perseverancia.
Seguro que día a día, acto a acto, lo conseguís
juntos.
Y si te encuentra perdido/a, sabes que siempre me puedes
pedir cita y veremos juntos/as, si vale la pena seguir luchando, qué hacer o
cómo hacerlo.
Espero y deseo que te haya servido ni que sea un
poco, la lectura de mis consejitos y que empieces a poner en práctica lo que
haya hecho clic en tu cabecita y/o corazón.
Feliz mes de febrero y acuérdate de celebrar el
amor cada día.
Y si tienes algún consejito que se me ha pasado
por alto, o nos quieres contar cómo lo haces tu para mejorar tu relación de
pareja, o tus propias experiencias o aprendizajes, sabes que espero tu comentario
en la ventanita de más abajo. Prometo responderte.
Muchísimas gracias por leer hasta aquí, y si te apetece ya sabes: cuéntame en la ventanita de comentarios que encontrarás aquí debajo. Copyright © 2029 7Llunes - Susanna SetLlunes
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